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¿Qué es urbano?

Definir un complejo urbano tiene más que ver con la experiencia que

con la densidad de la población en un determinado lugar, dice Mark

Waltrip, jefe de operaciones de Westgate Resorts, con base en

Orlando, Florida. “Las Vegas, por ejemplo, tiene complejos que pare-

cen barcos crucero en tierra. South Beach, en Miami, Florida es una

combinación de playa y destino urbano. En mi opinión, un destino

urbano es un lugar cuya industria primaria no es el turismo”.

Al Mohannad Sharafuddin, presidente y director ejecutivo de

Arabian Falcon Holidays con base en Dubai, piensa que el término está

en relación con las actividades que los huéspedes disfrutan durante

sus vacaciones, “Si bien la ciudad está en la playa, el 90% de los

clientes que ha adquirido aquí lo ha hecho por la atracción de Dubai

como ciudad. Disfrutan la cultura y los museos que posee pero la mayoría

viene por la vida nocturna y las compras,” él explica.

Sin embargo, las vacaciones urbanas no son solo para ir a restau-

rantes y clubes. “En nuestra propiedad Marriott's Custom House en

Boston, recibimos huéspedes de todas las edades”, comenta Ed

Kinney, vicepresidente global de asuntos corporativos y comunica-

ciones de Marriott Worldwide Vacations Corporation. “A los niños les

encanta visitar el puerto de Boston, por ejemplo”.

Cálculos problemáticos

A fines de 2013, los precios de los bienes raíces urbanos se encontra-

ban entre los más altos del mercado. Los sitios planificados para

urbanización en Manhattan alcanzaron un valor promedio de US$657

por pie cuadrado (0,093 m

2

), según la compañía basada en Nueva

York, Massey Knakal Realty Services. Tres adquisiciones llegaron a

más de US$1.000 por pie cuadrado. En Singapur, Joe Hickman, director

ejecutivo de Interval International para el territorio de Asia-Pacífico,

dice que los apartamentos terminados tienen un costo que alcanza los

US$5.000 por pie cuadrado. En París, una propiedad residencial de

primera calidad vale US$2.000 el pie cuadrado, lo cual implica un gran

desafío para los desarrolladores de tiempo compartido.

“La idea del tiempo compartido es brindar lujo a un precio razonable.

Este cometido es difícil de alcanzar cuando el valor es tan alto”, dice

Waltrip. “Los peores hoteles en la ciudad de Nueva York se están

vendiendo a US$500.000 por llave y para hacer una unidad de tiempo

compartido el desarrollador tendría que unir dos habitaciones”.

“En realidad el asunto se reduce a una fórmula: cuánto están

dispuestos a gastar los desarrolladores en el producto, incluyendo el

bien raíz y la construcción”, explica Bryan Ten Broek, vicepresidente

sénior de ventas y mercadeo de Interval International.

Marriott tiene gran interés en desarrollar complejos urbanos en

Estados Unidos y en el extranjero. “Esto presenta una serie de retos”,

dice Kinney. “Hemos invertido 30 años en consolidar la marca y los

complejos urbanos podrían ser más pequeños o tener instalaciones

más similares a un hotel que a las que están acostumbrados nuestros

socios. Tendríamos que instruir a los propietarios de manera que las

expectativas fueran claras”.

¿Visualizan la idea los propietarios?

Ciertas instalaciones o servicios no serían tan importantes puesto que

los propietarios van a pasar más tiempo en restaurantes y explorando

la ciudad en lugar de en sus unidades. “La experiencia urbana incluye

cenar fuera, de manera que quizás no tendrían cocinas completas”,

explica Kinney.

Waltrip hace notar que el espacio es algo que debe tomarse en

consideración también. “Nuestros huéspedes están habituados a tener

1.200 pies cuadrados (111,48 m

2

). Dado que en un entorno urbano no

podríamos dárselos, deberíamos encontrar la manera de mantener la

propuesta de valor; ese es el desafío. Lo principal es asegurarnos de

que los huéspedes estén contentos”.

Hickman cree que los propietarios entienden la situación. “En un

destino urbano no es necesario tener restaurantes en el complejo o

n artículo del periódico

USA Today

de fecha 15 de diciem-

bre, 2014 acerca del mercado hotelero en Manhattan,

Nueva York, revela que la tasa de ocupación media en

2013 fue del 85% [alojarse en una habitación de 175 pies

cuadrados (16,25 m

2

) en Yotel New York le costaría la considerable

tarifa de US$289 la noche]. El caso de La Gran Manzana no es

aislado, puesto que la popularidad de las grandes ciudades del

mundo como destinos turísticos continúa subiendo. “La opinión

general es que los mileniales están cada vez más interesados en

vacaciones urbanas”, dice Simon Jaworski de Leger, una firma de

investigación con base en Washington, Pensilvania. “Esta realidad

representa la unión de dos tendencias significativas: la de tomar

vacaciones más cortas y el deseo de ver el mundo y vivir experiencias

nuevas. La idea de ir de vacaciones a un lugar caluroso y relajarse por

una semana es todavía atractiva para algunos, pero muchos quieren ir

a Londres, París y Singapur”.

Alex Chamblin Jr., vicepresidente de operaciones de complejos

turísticos de Shell Vacations LLC, habla por experiencia propia.

“Hemos visto un aumento del interés de nuestros propietarios por los

destinos urbanos”, él dice. “Estamos conscientes de que el mercado

meta está cambiando y que la gente desea opciones. A nuestros

propietarios les encanta ir a la playa y vacacionar en la nieve, pero los

complejos en destinos urbanos ofrecen una experiencia de tiempo

compartido completamente nueva”.

¿Qué augura esta tendencia para los desarrolladores de tiempo

compartido y las compañías de intercambio? Es difícil predecir. Dado

que el precio de los bienes raíces en esos mercados es alto, podría

significar que una experiencia de tiempo compartido—dos dormitorios

y una cocina completa— resulte demasiado cara. Sin embargo, esta es

una industria conocida por encontrar soluciones. A continuación

damos una mirada a esta demanda global por destinos de tiempo

compartido urbanos y cómo los desarrolladores pueden satisfacerla.