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PUNTO DE VISTA
xiste algo fascinante
en una cronología. Eso fue lo que pensé
cuando leí con interés el reciente artículo
d e Howa r d Nu s b a um , e n l a r e v i s t a
Developments. Como siempre, las perspecti-
vas de Howard proporcionaron una buena
lectura, pero lo primero que llamó mi atención
fue un recuadro que incluía las principales
fechas del medio siglo de historia de nuestra
industria, empezando por la inauguración del
primer complejo de tiempo compartido en
Suiza y finalizando con el regreso a un modelo
de crecimiento en 2013.
Esta síntesis de eventos pasados captó mi
atención haciendo realidad fechas y hechos y
me ayudó a visualizar y retener los datos. Me
brindó una imagen más clara de las relaciones
e interconexiones de los acontecimientos.
A medida que Interval International se
acerca a su cuadragésimo aniversario en
2016, nuestra propia cronología domina mis
pensamientos. Los primeros pasos y logros
de la compañía están catalogados en un
archivo que se hace más largo con el paso
de cada año.
Muchos en nuestra industria han creado
cronogramas y compilado relatos, algunos
enfocados en asuntos internos y otros que
abarcan el negocio en general. En conjunto,
sin duda, crean una interesante historia global
del tiempo compartido.
Falta algo
Nuestras cronologías colectivas cumplen con
el objetivo de constatar muchas cosas: el
establecimiento de organizaciones, el lanza-
miento de regulaciones, el ingreso al negocio
de importantes marcas y compañías, la pre-
sentación de nuevos productos, incluso los
aniversarios de eventos negativos como el
desplome de la bolsa en 2008.
Pero a la vez que reflexiono sobre mi pro-
pia historia con la propiedad vacacional —
e s pe c i a l me n t e j u s t o de s pu é s de l a
Conferencia de Inversión en Propiedades
Compartidas, auspiciada por Interval en octu-
bre, cuando tuve la oportunidad de reunirme
con tantos viejos amigos— me doy cuenta
que falta algo en nuestros archivos acumulati-
vos: la ecuación humana. Las historias de
pioneros y gigantes de la industria, el recono-
cimiento a aquellos individuos detrás de
nuestros más importantes logros.
Por ejemplo, ¿cómo podemos mencionar
la formación de la asociación predecesora a
ARDA sin nombrar a Bill Ingersoll y Gary Terry?
¿Cómo podemos recordar la entrada de
Marriott, la primera marca en acoger el tiempo
compartido, sin destacar los papeles que
desempeñaron J.W. Marriott, Ed McMullen y
Bob Miller?
Y ¿cómo podemos hablar del desarrollo
de la Ley Modelo de Tiempo Compartido en
1983 sin referirnos a sus creadores? Cuando
me incorporé a la industria, más de 30 años
atrás, adquirí experiencia ayudando a gene-
rar las disposiciones originales que sirvieron
para dar forma a un conjunto de leyes de
tiempo compartido en los Estados Unidos.
De esta manera, tuve el privilegio de trabajar
con innovadores como Perry Snyderman, Art
Spalding y otros.
¿Qué pasó con…?
Al regreso de la conferencia y durante una
reunión en Interval, además de revivir y exami-
nar lo visto en esos días, nos encontramos
rememorando a colegas, clientes y socios de
las últimas cuatro décadas. Los nombres de
Allen Ten Broek y Robert Taylor salieron a relu-
cir — la compañía que ellos crearon, Mariner
Group, fue una de las primeras dedicadas de
manera exclusiva al tiempo compartido en la
Florida. Recordamos cómo Tom Bowes, quien
desarrolló uno de los primeros complejos de
tiempo vacacional en Nueva Orleans, nos
ayudó a organizar una fiesta durante una con-
vención anual de ARDA, cuando Interval
estaba iniciando su jornada en la industria.
Reconocimos el papel que Richard Sutton
desempeñó al llevar el tiempo compartido a la
emergente comunidad de complejos turísti-
cos de Cancún en 1978.
Nuestra sesión de “qué pasó con” fue
entretenida y originó más de unas cuantas
carcajadas a medida que contábamos histo-
rias y nos poníamos al corriente de los
paraderos de antiguos empleados, clientes y
conocidos de la industria.
También recordamos a aquellos que se
han ido: por supuesto Mario Rodríguez y Tom
Davis, los fundadores de Interval International;
Ron Haylock, quien ayudó a formar las organi-
zaciones de tiempo compartido en Europa;
Frank Eck, responsable de redactar la Ley de
Tiempo Compartido de Virginia y tantos otros.
Más allá de la historia oral
No obstante, más que simplemente recordar e
intercambiar historias, tenemos una obliga-
ción. Tenemos la responsabilidad de dejar
constancia no solo del qué, del dónde y del
cuándo, sino del
quién
. Documentar la historia
humana, tan integral como las cifras, hechos y
fechas para entender quiénes somos, de
dónde provenimos y —a la postre— hacia
dónde nos dirigimos
A menudo, cuando hablo de cronologías,
pienso en el conocido cuadro de la evolu-
ción del ser humano que concluye con un
homo-sapiens
erecto. Y cuando imagino
nuestra progresión, me gusta vislumbrar las
imágenes de los fundadores y agentes de
cambio de nuestra industria como Gary,
Mario y Perry dando pasos al costado de las
fechas y hechos memorables que transfor-
maron la descripción cronológica del tiempo
compartido en mucho más que sucesos
cuantificables.
POR
Craig M. Nash
PRESIDENTE Y DIRECTOR EJECUTIVO
INTERVAL LEISURE GROUP
La ecuación
humana
E