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Petra Wallner/Glow Images; Carlos S Pereyra/Superstock; Ken Gillespie/SuperStock

Se aceptan mascotas, pero…

En excelentes cadenas hoteleras como Loews Hotels, Westin Hotels

y Kimpton Hotels donde aceptan animales domésticos, se los define

como extras de lujo y son una parte estratégica de sus marcas. Las

camas para perros y los paquetes de bienvenida de los hoteles

Westin y los platos preparados por un

chef

galardonado que se llevan

a la habitación de los huéspedes perrunos en los hoteles Loews, son

ejemplos de los servicios que los amos esperan recibir para sus

acompañantes. Sin embargo, la realidad cotidiana de estas políticas

tiene sus desafíos.

“Es una espada de doble filo”, admite Mark Waltrip, jefe de opera-

ciones de Westgate Resorts, uno del creciente número de desarrolla-

dores de complejos turísticos que permite a sus socios y huéspedes

alojarse con sus regalones. La compañía, con base en Orlando, da la

bienvenida a perros y gatos de buen comportamiento en sus 25 com-

plejos en nueve estados a través del país. “Es algo que nuestra comu-

nidad de propietarios y huéspedes nos ha solicitado y lo hemos

implementado con bastante éxito”, comenta Waltrip. “Pero, como en

todas las situaciones, siempre existen retos”.

En todo caso, resulta irónico que la mayoría de los problemas

provienen de los amos que no siguen las reglas —es decir, aque-

llos que dejan a los perros sin vigilancia, ladrando o arañando la

puerta de la habitación, los que no limpian las áreas designadas

para las necesidades biológicas de los animales o quienes insisten

en que su diminuto chihuahua es un perro de servicio, por lo que

merece acceso y privilegios especiales de acuerdo con la ley. Más

de una vez, el personal de Westgate ha tenido que solicitar al

huésped que acate las disposiciones o abandone la propiedad.

“Amamos a los perros pero también sabemos que nuestra res-

ponsabilidad es proveer un ambiente agradable para todos nues-

tros huéspedes”, explica Waltrip. “Cuando existe un pequeño

porcentaje de personas que viene con mascotas indisciplinadas,

se crean problemas en todo el complejo”.

Al igual que Waltrip, Robert Schmiak, director de ALR Alpenland

Sporthotel – St. Johann-im-Pongau, cerca de Salzburgo, Austria, lo ha

visto todo. En una oportunidad, un perro se las ingenió para abrir la puer-

ta de la habitación donde sus amos lo habían dejado y fue descubierto

deambulando por los pasillos en busca de su familia”.