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Se aceptan mascotas, pero…
En excelentes cadenas hoteleras como Loews Hotels, Westin Hotels
y Kimpton Hotels donde aceptan animales domésticos, se los define
como extras de lujo y son una parte estratégica de sus marcas. Las
camas para perros y los paquetes de bienvenida de los hoteles
Westin y los platos preparados por un
chef
galardonado que se llevan
a la habitación de los huéspedes perrunos en los hoteles Loews, son
ejemplos de los servicios que los amos esperan recibir para sus
acompañantes. Sin embargo, la realidad cotidiana de estas políticas
tiene sus desafíos.
“Es una espada de doble filo”, admite Mark Waltrip, jefe de opera-
ciones de Westgate Resorts, uno del creciente número de desarrolla-
dores de complejos turísticos que permite a sus socios y huéspedes
alojarse con sus regalones. La compañía, con base en Orlando, da la
bienvenida a perros y gatos de buen comportamiento en sus 25 com-
plejos en nueve estados a través del país. “Es algo que nuestra comu-
nidad de propietarios y huéspedes nos ha solicitado y lo hemos
implementado con bastante éxito”, comenta Waltrip. “Pero, como en
todas las situaciones, siempre existen retos”.
En todo caso, resulta irónico que la mayoría de los problemas
provienen de los amos que no siguen las reglas —es decir, aque-
llos que dejan a los perros sin vigilancia, ladrando o arañando la
puerta de la habitación, los que no limpian las áreas designadas
para las necesidades biológicas de los animales o quienes insisten
en que su diminuto chihuahua es un perro de servicio, por lo que
merece acceso y privilegios especiales de acuerdo con la ley. Más
de una vez, el personal de Westgate ha tenido que solicitar al
huésped que acate las disposiciones o abandone la propiedad.
“Amamos a los perros pero también sabemos que nuestra res-
ponsabilidad es proveer un ambiente agradable para todos nues-
tros huéspedes”, explica Waltrip. “Cuando existe un pequeño
porcentaje de personas que viene con mascotas indisciplinadas,
se crean problemas en todo el complejo”.
Al igual que Waltrip, Robert Schmiak, director de ALR Alpenland
Sporthotel – St. Johann-im-Pongau, cerca de Salzburgo, Austria, lo ha
visto todo. En una oportunidad, un perro se las ingenió para abrir la puer-
ta de la habitación donde sus amos lo habían dejado y fue descubierto
deambulando por los pasillos en busca de su familia”.