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Era el 5 de septiembre de 2017 y el huracán Irma estaba a punto de

hacer impacto en la isla caribeña de Saint John. En un principio se

pensó que viraría hacia el norte, pero el lento ciclón de Categoría 5

desató toda su furia en la isla y sus vecinos, golpeando la región

con vientos que alcanzaron hasta 354 kilómetros por hora, sin

aplacar durante cinco horas.

Días antes, Thorp Thomas, vicepresidente sénior de ILG Vacation Ownership

Management, había comenzado a seguir la trayectoria de la tormenta. Por medio de

alertas electrónicas y llamadas telefónicas coordinó con el personal de The Westin

St. John Resort Villas los pasos a seguir y puso en aviso a los equipos corporativos

que se verían afectados durante el evento y en el período posterior.

“Empezamos a mirar los niveles de ocupación, monitorear las órdenes de

evacuación emitidas por las autoridades, cancelar reservaciones y tratar de relocalizar

a los huéspedes que estaban en el complejo, en fin, analizar miles de detalles”,

comenta Thomas.

El día antes de la llegada de Irma, unos 40 empleados, que habían ofrecido

sus servicios y decidido capear el temporal en el complejo, estaban quitando los

muebles de las terrazas, asegurando todo lo que pudiera volar y manteniendo

informados a unos 300 huéspedes que permanecían en la propiedad. El perso-

nal, habituado a estos fenómenos de la naturaleza sabía exactamente qué hacer.

Sin embargo, Irma estaba a punto de someter nuestro plan de preparación a una

prueba de fuego.

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La preparación es primordial

El año 2017, pleno de tormentas devastadoras, inundaciones,

terremotos, incendios forestales y otros desastres naturales, fue

un crudo recordatorio de cuán importante y esencial es para los

propietarios de complejos estar preparados para lo peor.

“Pensábamos que iba a ser serio pero nunca nos imagina-

mos lo horrible que resultaría, sin mencionar siquiera que venía

un segundo huracán [María] en camino. En total, 12 complejos

Vistana™ Signature Experiences y dos oficinas corporativas esta-

ban en la trayectoria de Irma o María. La buena noticia es que

todos hicieron su trabajo. Fue caótico, literalmente, pero un caos

manejable. Tomamos las decisiones acertadas y las ejecutamos

en el momento indicado. Podemos decir que fue una combina-

ción de experiencia y planificación”, explica Thomas.

Un plan de preparación ante desastres es un conjunto están-

dar de procedimientos operativos que tiene como fin proteger la

vida de huéspedes y empleados, así como la preservación de

bienes, tanto como se pueda, durante un evento desastroso —y

después recuperarse lo más rápido posible. Dado que cada

complejo es diferente y todo suceso es único, el mejor plan de

preparación ante desastres debe abordar una multitud de deta-

lles para enfrentar una variedad de situaciones. Estos incluyen

evaluaciones de riesgos, establecimiento de plazos, sistemas

de comunicación, procedimientos de evacuación y seguridad.

El objetivo es conferir conocimientos y responsabilidad a cada

empleado, de manera que puedan intervenir en una emergencia.

De igual importancia, el plan debe proveer ayuda y apoyo a los

empleados desplazados y a sus familias durante lo que podría

llegar a ser un largo proceso de reconstrucción.

Cubrir todas las posibilidades

Para asegurarse de que ninguna situación estuviera sin

cubrir, Westgate Resorts reunió a su personal de evaluación

de riesgos, expertos en seguros y operadores de complejos

para activar el plan de preparación del complejo. “Tenemos

un plan de preparación ante desastres muy detallado, el cual

a la

recuperación

la crisis

Los elementos de

un sólido plan de

preparación ante

desastres

Por Joyce Hadley Copeland

Un número de empleados

de The Westin St. John

Resort Villas ayudaron en el

trabajo de limpieza después

que los huracanes Irma y

María arrasaron la isla.