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Después del huracán Wilma en 2005, yo fui uno de los varios emplea-
dos que tuvo que trasladarse al centro de servicios a socios por dos
semanas, dado que las oficinas corporativas estaban sin electricidad.
El espacio se hizo estrecho a medida que llenábamos los cubículos
destinados al personal de planta y que ellos, gentilmente, nos cedieron.
Pero en lugar de estorbarnos los unos a los otros, experimentamos una
gran camaradería y unidad. Nuestra prioridad cada día era reubicar a
los socios cuyos intercambios habían sido afectados por la tormenta y
mantener la compañía funcionando a pleno rendimiento. Sin duda
alguna, el desempeño de Interval fue excepcional y creo que se debió,
en gran parte, al espíritu a toda prueba de un personal unido.
Actos no ocasionales
Si bien este recuerdo sobresale como uno de los ejemplos más sólidos
de la dedicación y entusiasmo que tienen los empleados de Interval, de
ninguna manera es un hecho aislado. Por casi 35 años he sido testigo
de estos actos de entrega y participación, no solo en tiempos de crisis
que exigen un esfuerzo inusual sino a diario.
A medida que Interval International se acerca a la celebración de su
cuadragésimo aniversario que cumple este año, he pensado mucho
acerca de la razón del éxito de la compañía. Por supuesto una idea
fantástica generada por mentes con iniciativa empresarial fue la base
fundamental. El fiel cumplimiento a reglas esenciales del comercio
—priorizar calidad sobre cantidad, substancia sobre tamaño— ha
jugado una parte importante, del mismo modo que tener productos
sólidos y una buena programación.
Pero a fin de cuentas, lo que hace a Interval excelente, es su gente.
Manteniendo buena compañía
En esta edición, destacaremos a algunas personas que han desempe-
ñado un papel excepcional en la formación y dirección del negocio y
que personifican atributos que siempre hemos valorado: integridad,
continuidad y liderazgo.
No obstante, los empleados singularizados en esta edición espe-
cial no son de ninguna manera los únicos que han dado alas a Interval
International. Ellos representan a los casi 1.200 individuos que prestan
sus servicios con habilidad y profesionalismo. Mencionamos a Raúl
Estrada en la página 22, quien ha sido parte de Interval por casi 30
años, pero detrás de él hay un grupo de 500 personas, todos compro-
metidos de igual manera con el servicio al cliente.
Tres empleados que se incorporaron a Interval antes que yo, mere-
cen ser reconocidos por su antigüedad: Larry Dettelis llegó a Miami en
1981, procedente de la oficina en Búfalo, Nueva York y con los años se
convirtió en vicepresidente de servicios comerciales y distribución
global. Desde 1980, Josephine Olaechea ha sido un símbolo de conti-
nuidad en el departamento financiero y actualmente es la coordinadora
de tesorería. También tenemos a Pat Rasekhi, vicepresidenta adjunta
de mercadeo para socios, quien ha sido parte de Interval desde
¡1979! (Ella les puede contar historias de los días cuando se rastrea-
ban los intercambios con etiquetas de colores en un gran tablero).
Estos miembros del equipo son verdaderos ejemplos de lo mejor de
Interval International y me siento orgulloso de trabajar con ellos.
Alguien con quién contar
No puedo dejar de mencionar a quienes ya no están con nosotros.
Recuerdo a los cofundadores Mario Rodríguez y Tom Davis, cuya
visión y espíritu empresarial continúan viviendo hoy. Y no olvido a dos
personas de la oficina de Londres con quienes cultivé una amistad
mientras yo ayudaba a desarrollar el negocio en Europa, en la década
de los 90. En mi oficina mantengo una foto en la cual aparezco con Jitu
Mehta y John Roderick. Sus decesos fueron una pérdida para la familia
Interval y para mí en lo personal. A través de los años, hemos dicho
adiós a muchas personas y a todos los extrañamos mucho.
Al mismo tiempo que reflexiono sobre la cronología de Interval, no
puedo dejar de recordar mis primeros años. Viajar a través del país en
pos del establecimiento de regulaciones de la industria fue agotador
pero al mismo tiempo, estimulante. Siempre supe que contaba con el
soporte de la gente de Interval. Ken Knight, quien fue presidente y mi
jefe en esa época, creyó y apoyó de lleno mis esfuerzos, proporcionán-
dome los recursos necesarios para llevar a cabo mi tarea.
Por supuesto, debo referirme a otros cuyo respaldo tuve entonces
y hoy, entre ellos: Jeanette Marbert, quien me ha ayudado a navegar
esta larga travesía; David Gilbert, quien regresó a Interval para guiarla
durante este importante período y Arlene Cade, mi asistente ejecutiva,
cuyas contribuciones por 20 años no puedo dejar de recalcar.
En pocas palabras: proveer fantásticas experiencias vacacionales
implica más que tener una plataforma reguladora sólida y la más avan-
zada tecnología. Conlleva
contacto
. Y me emociona haber sentido el
contacto de tantos extraordinarios individuos a través de los años —de
aquellos que vinieron y se han marchado y de aquellos que continúan
contribuyendo al éxito de Interval International.
POR
Craig M. Nash
PRESIDENTE Y
DIRECTOR EJECUTIVO
INTERVAL LEISURE GROUP
“Por casi 35 años he sido testigo de estos
actos de entrega y participación, no solo
en tiempos de crisis que exigen un
esfuerzo inusual sino a diario.”
De buena madera
PUNTO DE VISTA